Editorial “Blackjack” "Emelec"

Hemos alcanzado un record de siete partidos jugados y todos ganados, llegando como punteros únicos en el Campeonato Nacional con 21 puntos, así es un blackjack indiscutible.
Con un lleno completo en el Capwell, la noche de este miércoles fue de fiesta para la hinchada azul quienes disfrutaron con un solitario gol la victoria del Bombillo.


Cierto que estamos punteros, que nuestro próximo seguidor está a 6 puntos y aún nos falta un partido pendiente; pero hay que revisar y analizar el desenvolvimiento del equipo en este último partido.

El equipo a pesar de dominar las acciones del cotejo, mostró varias imprecisiones en la entrega del balón así como también en la creación juego, sumándole a esto que en las pocas que existieron no se pudo concretar a excepción de la magistral jugada que inició Mondaini y concluyó el goleador Marlon de Jesús.

Y es que quizás insistimos mucho por las bandas y aunque contamos con punteros veloces y peligrosos no todo el futbol debe ser por las bandas, habría que intentar penetrar al área por el centro con jugadas rápidas o ganando las espaldas de los zagueros con pases de profundidad, aprovechando la velocidad que caracteriza al equipo, que se yo, pero es algo que tiene que tomar en cuenta el profe Quinteros en estos días de para del torneo.

Pero el partido de hoy también nos demostró a un muchachito, Enrique Vera, quien en su función como marcador derecho lo hizo muy bien, desbordando y llegando al ataque, así como también cumplió cuando lo exigieron en la defensa. Hay que tener en cuenta a este joven jugador que de acuerdo a lo que vi promete mucho, considerando que muchas veces no tenemos salidas por las bandas, hoy fue la excepción.

Debemos tomar en cuenta que somos el equipo a ganar, todos querrán jugar como si fuera una final pero al final espero de corazón no caiga el juego del plantel y sigamos sumando puntos, hoy tenemos un perfecto 21 o como dirían un Blackjack y esto nos motiva para cumplir nuestro objetivo primario, ganar el campeonato ecuatoriano.

Por: Andres Villavicencio

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