Emelec sabía que dependía de su fútbol, de su jerarquía, de su dinámica y de su atrevimiento, sin irrespetar al rival, para alcanzar el objetivo de clasificar a octavos de final de la Copa Libertadores, y no de otros resultados.
Con esa mentalidad viajó a Buenos Aires el cuerpo técnico y sus jugadores, y vaya que demostraron que hoy por hoy, es uno de los mejores equipos que está jugando el torneo de clubes más importante de esta parte del continente.
¿Pero qué tiene este Emelec para aspirar a llegar lejos en el torneo copero? Primeramente, un técnico que sabe lo que quiere, que cuenta con una rica plantilla de jugadores, en donde el que esté en la banca es tan importante como el que salta a la cancha. Que juega con una identidad futbolística en donde predomina el buen trato a la pelota, el orden en todas sus líneas y principalmente la unión de grupo.
Frente a Vélez fue la ratificación de lo bien que viene jugando Emelec, tanto de local como de visitante. Teniendo en Dreer un golero que brinda garantías, que no solo ataja, también se convierte en un gran habilitador con sus saques rápidos y medidos para sus atacantes; con una defensa en la que Achilier y Nasutti, Nasutti y José Luis Quiñónez, Achilier y José Luis Quiñónez, quienes jueguen haciendo dupla en el centro de la zaga, responden con categoría, teniendo en Bagui y Francis, dos laterales con oficio en la marca, que saben cuándo tienen que sumarse al ataque.
Frente a Vélez, los cuatro cumplieron con seguridad, sacrificio y personalidad. Y si de personalidad se trata, en el mediocampo, la dupla de corte que forman Quiñónez y Polo Wila es una de las mejores del fútbol ecuatoriano, porque no son solamente volantes que quitan, también se dan tiempo para generar, especialmente Quiñónez, que se convierte en momentos en un lanzador importante. La aparición de Zeballos de titular, jugando como medio punta, brinda confianza…
El paraguayo es calidad pura… A las dos jugadas de gol que generó en los pocos minutos que jugó en el partido ante Peñarol la semana anterior, hay que agregarle los 75 minutos de gran fútbol ofensivo ante Vélez, donde fue cerebral y punzante cuando pisó el área rival, demostrando que se trata de un jugador con enorme jerarquía. Importantísimo también fueron los aportes de Gimènez y Mondaini, desdoblándose para ir al ataque y marcar cuando había que hacerlo.
Y qué decir de De Jesús, un atacante que si bien no termina de anotar, hay que destacar que es quien va a romperse con los fuertes zagueros rivales, a quienes no les permite irse al ataque.
Empató Emelec y clasificó, con sobra de merecimientos, a la siguiente etapa de la Copa Libertadores.
César Torres
emelec.com.ec
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